martes, 12 de abril de 2011

26 XII 1492. La Española, en la isla india.


¡Que se llame “La Isla Española”!

   Navegando por el mar bastante tiempo no pensábamos encontrar en el camino nada más. Imaginad nuestra sorpresa cuando en un santiamén alguna nueva tierra india nos empezó a mirar por el horizonte. Al llegar a la isla describir no pude sus gracias bellas. Me puse de rodillas y tocándo sus arenas cariñosamente como a los manos de una mujer dije en voz alta: “En nombre de Vuestra Merced tomo posesión de la isla y en su nombre La Española desde este día se va a llamar la tierra india que hoy he descubierto de paso”. 
   Durante un montón de días estamos nosotros aquí pero el acontecimiento de ayer me hizo odiar y nunca perdonar a La Española. Se hundió la nao capitana, la Santa María - mi barco, mi esperanza, mi compañero. ¡Te estoy muy agradecido por haber apoyado a mí tanto! Sus restos desde hoy usamos para construir el Fuerte de La Navidad, constituyendo así el primer asentamiento nuestro establecido allí. Antes de mi retorno, no lo veré hecho. Tras la construcción del fuerte, tendré que regresar con las dos naves restantes. ¡Ay, Dios mío defiende a Niña y a Pinta a que me lleven a casa! Mi pobre corazón es atacado por destino malvado. Casi me muero dejando en el fuerte 39 hombres. Armados con provisiones suficientes les ordeno para que me esperen y a las órdenes de Diego de Arana, alguacil de la expedición. Las razones por las que les dejo son de doble naturaleza: por un lado quiero demostrar e informar a los Reyes Católicos del éxito de mi empresa. Por otro, tras el naufragio de la Santa María y la ausencia de La Pinta, que al mando de Pinzón, se halla costeando por su cuenta, no quedan plazas suficientes en La Niña para cruzar las aguas atlánticas cargada con toda la tripulación de la Santa María. Y aquí estoy preparándome para continuar el viaje.   
   Pinzón infiel a menudo visita a mi mente tan cansada enseñándome su victoria, vida llena de riquezas y adoración de la reina. Echo de menos a rabiar a mi barco, mi familia, mi patria, mis victorias y éxitos sangrando por tristeza y miseria.


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