sábado, 2 de abril de 2011

14 X 1492. Guanahaní, en la tierra india.


¿Y las riquezas...?

   Éste es el tercer día de nuestra estancia en la isla. Entre la tripulación ya no hay conflictos y también ha cambiado su actitud hacia mí, pues estoy muy contento con la situación actual y ¡por fin podemos disfrutar del éxito alcanzado!
   Ahora sólo me espera la fama y la fortuna. Cuando vuelva a Castilla y toda la gente sepa que descubrí el camino más corto a la India, estaré el hombre más famoso  del mundo…  
   Pero de momento no hay tiempo para pensar de eso. Tenemos que llegar a conocer a la isla y los indios. Ya sé que Guanahaní está habitada por el pueblo Taíno. Afortunadamente por no entender mucho cuando hablan su lengua, no puedo  recoger bastante información sobre ellos.
   La gente resultó ser muy amable y curiosa, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio y otras cosas que para nosotros no tenían mucho valor pero a ellos les parecían maravillosas. Los que estaban tan valientes que no tenían miedo de  venir al barco nos trajeron papagayos, hilo de algodón en ovillos, azagayas y algunas otras cosas muy interesantes.


   Sinceramente, no me imaginaba esto así y tampoco creía que la gente de la India fuera tan pobre y anduviera desnuda. Tampoco tienen ningún hierro. Un hombre de la tripulación me ha dicho que cuando mostró su espada a un grupo de indios, ellos la tomaron por el filo hiriendo sus manos.


   Además observé que los taínos organizaron una sociedad basada en el cultivo y que tenía las plantas que nunca antes había visto, pero a mí me parece que algunas de ellas son calabazas y algodón. Esta mañana también he visto algo como un "huerto de árboles”… ¡Todo de aquí es tan interesante!
   Como veis, ya había visto muchas cosas, pero todavía no he visto lo más importante – el oro…
   Pues nada, la isla a ojo de buen cubero debe ser grande, así que tengo la esperanza para encontrarlo.


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